Tal vez, muchos piensen que la Semana Santa es importante porque es algo que se ha hecho siempre así, y se repite cada año; en muchos perviven aun razones familiares y recuerdos; y para otros son días intensamente religiosos. Sin embargo, para los que no lo viven desde estas perspectivas, se hace algo desfasado, sin interés, y fuera de lo que debería prevalecer en el presente. La Semana Santa goza en todos los lugares de muchas personas que lo viven desde diferentes ámbitos. Con seguridad en nuestro país, y concretamente en nuestra zona han pervivido una considerable multitud de ritos, reuniones, actividades que han servido para dar identidad a una zona o grupo social de personas.
Sermón del Desenclavo El Mudo Neyra, Convento de las MM. Agustinas Medina del Campo (Valladolid) |
Precisamente las fechas y la temática que se celebra o exalta son algo que no tiene desperdicio alguno, nuestra tradición mediterránea que hunde sus raíces en la cultura semítica, y más en el lugar donde se desarrollaron las primeras civilizaciones nos ha legado este momento que se sitúa en torno a la primera luna llena de la primavera, es el plenilunio, la luna de Nissan o de la Parasceve, que conmemoraba la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto y por otro lado la promesa de la Tierra Prometida. Coincidiendo con estas fechas, y según los evangelios, y ya en otro momento histórico, cuando precisamente el pueblo hebreo estaba bajo el yugo romano, y en un clima de necesidad mesiánica también tuvo lugar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazareth. Estos hechos que se han extendido a lo largo de los siglos por todo el mundo y especialmente en los países que se encuentran en torno al mar Mediterráneo dejan claro aspectos importantes de la naturaleza humana, por un lado el deseo de liberación responsable de todo tipo de poder y por otro lado la preocupación sobre el tema de la muerte.
Esto es lo que se celebra estos días, pero es que además esto se ve en un conjunto de ritos que tienen lugar las semanas anteriores, por ejemplo, la celebración de la cuaresma, el no comer carne, el guardarse para la fiesta de la Pascua, indica una mentalidad de preparación para aquello que tendrá lugar. Pero sin embargo, fuera de todo tipo de oficialismos, estos días han dado a lo largo del tiempo para mucho más, y su importancia se deja clara en el interés que existe en torno a ello. Es precisamente, a través de la creación de grupos o comunidades donde se prepara al individuo, ya no solo para lo que acontece cada año, sino a lo largo de su vida. En muchos casos, las cofradías de Semana Santa, especialmente en nuestros pueblos era la de la Vera Cruz era también la que se encargaba de los días de Pasión, en Cogeces del Monte, por ejemplo estuvo funcionando hasta el siglo XX, se ocupaba de comprar la cera del Monumento, de las procesiones de cada día, de buscar predicador para el sermón, de repartir las misas y de preparar los oficios así como el Calvario alrededor del pueblo.
Ntra. Sra. de la SoledadJuan Gutiérrez de Ocejo, 1661 Parroquia de la Asunción, Cogeces del Monte |
A la cofradía por lo general pertenecía un amplio grupo de población que tenía como objetivos la puesta en marcha de un conjunto de principios cristianos de caridad con el prójimo, sobre todo en lo relacionado con la muerte. Hasta mediados del siglo XX existían diferentes tipos de rito funerario para los habitantes de una población, que en cierto modo garantizaban la salvación del alma más temprana a algunos. La labor caritativa de muchas cofradías, tanto de la Cruz como de las Ánimas, fue precisamente salvar a aquellos que tenían menos recursos y pagar las misas, funerales y la asistencia, en muchos casos a sus familiares y también en tiempo de enfermedad. También la cofradía de la Vera Cruz se encargaba de dar testimonio público de la fe, y especialmente los días de Pasión, en que los miembros hacían ejercicios de penitencia por las calles, las procesiones se multiplicaban y enseñaban al que no sabía el drama de la Pasión, todo ello se hacía con imágenes que sin entrar al tema sobre su calidad, servían para hacer más participativos estos días, las plantas de las procesiones con pendonetas, las escenificaciones del desenclavo, o los Via Crucis entro otros. Pero también era la cofradía junto con la del Santísimo Sacramento, la que preparaba el monumento para la reserva Eucarística del Jueves Santo, ahí además, las cofradías se repartían los turnos de vela entre sus miembros vistiéndose en muchos casos como personajes de la Pasión, especialmente centuriones que velaban el monumento en analogía a la sepulcro del Señor, que entonces era lo que asemejaba este imponente elemento en las iglesias. Pero también, el origen de las procesiones del Jueves Santo estaba en los grupos de cofrades o parroquias que iban de iglesia en iglesia, haciendo estación en cada iglesia.
Cristo CrucificadoMediados del siglo XVI Iglesia de la Asunción, Cogeces del Monte |
Además de los ritos, que son muy importantes porque dejan clara la actividad asistencial y efectiva dentro de un determinado grupo, también la cofradía es algo más y se deja muy claro los días de Semana Santa, a través de esos ritos que se vivían intensamente, se forjaba la personalidad e identidad del individuo. Pero es que además, y como ocurre en muchos lugares, es un vínculo con los ancestros, y esto nos puede evocar, y servir igual, para la Misa de Gallo que tiene lugar en la medianoche del día 24 la 25 de diciembre. Si en este caso son los pastores los protagonistas, en el caso de las cofradías son los hermanos, que en las poblaciones más sencillas, son miembros del pueblo indistintamente de su trabajo o estamento (en las ciudades sí que se juntaban por gremios). Además, de un modo u otro son los miembros de la población los protagonistas de estos actos, que los organizan y participan en ellos de diferentes maneras y por ello también es por lo que año tras año, y aunque haya habido reformas en el rito, la esencia siempre está ahí. Es cierto, que en la organización de muchas cofradías persiste un fuerte componente del Antiguo Régimen.
Un cofrade, era cofrade desde pequeño, en que se le iba enseñando a participar en los actos, creando así su identidad en el grupo. Si de niño se aprende, a partir de la adolescencia se demuestra la capacidad que se tiene dentro de este equipo y se comparten experiencias en las cenas y comidas de hermandad, así en muchos casos este protagonismo podría permitir al cofrade encontrar así pareja o acceder a diferentes puestos de la vida social. A posteriori, sus hijos entrarán a la cofradía, y cuando el hermano esté enfermo o impedido será asistido por los hermanos. En el momento de la muerte, también se acompañaba al viático y en el funeral los hermanos cofrades seguían presentes.
En nuestro pueblo, además del Calvario del Viernes Santo y la celebración del Encuentro en la Plaza del Ayuntamiento, de especial interés, ya no existe este tipo de organización de cofradías penitenciales, pero ha pervivido en otros lugares como Medina de Rioseco y algunos pueblos de la Tierra de Campos, es interesante conocerlo, porque su Semana Santa no fue invadida por rituales externos propios de principios del siglo XX con una religiosidad burguesa, sino que al ser núcleos de población que no han tenido el desarrollo industrial y el cambio de mentalidad que ello conllevaba, han conseguido que pervivan estas actividades identitarias, que debemos valorar como parte de un patrimonio inmaterial de incalculable valor.
Miguel Herguedas
Muy buena entrada!
ResponderEliminar