domingo, 30 de septiembre de 2012

La Orden de San Jerónimo

Relieve de San Jerónimo escribiendo la Vulgata
Cajonería procedente del Monasterio
de La Armedilla
Iglesia parroquial de La Asunción
Cogeces del Monte
Todos sabemos que en el monasterio de la Armedilla estuvieron los monjes jerónimos desde los primeros años del siglo XV, ya que allí se instaló un pequeño grupo de éstos procedentes de La Mejorada de Olmedo. Para saber un poquito más sobre ésta orden y sus finalidades, en este caso publicamos un capítulo del trabajo fin de máster titulado Casas Reales y Aposentos en los monasterios jerónimos de la Corona de Castilla, realizado por Miguel Herguedas Vela, dirigido por el profesor catedrático Miguel Ángel Zalama y presentado en mayo de 2011. La finalidad de publicar este pequeño capítulo es difundir un poco más los conocimientos a cerca de la orden de San Jerónimo en el contexto y mentalidad de los siglos XIV al XVI en Castilla, especialmente de las relaciones de la órden, la Iglesia y la Corona durante las dinastías Trastámara y los primeros Habsburgo. 
LA ORDEN DE SAN JERÓNIMO-Miguel Herguedas


martes, 25 de septiembre de 2012

El retablo mayor del monasterio de La Armedilla



Antiguo retablo mayor
del monasterio de Ntra. Sra de la Armedilla
1635
Iglesia de Ntra. Sra. del Manto
Riaza, Segovia 
            Es la obra de mayor envergadura a la que se enfrentó el monasterio durante el siglo XVII. Fue realizado en 1635 y actualmente está en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Manto de Riaza, en Segovia. El retablo está formado por un banco, un cuerpo y un ático. El primer cuerpo tiene tres calles, con cuatro columnas de orden corintio sobre entablamento con entrantes y salientes. En el centro hay una hornacina para el Sagrario y la Virgen y en las calles laterales dos cuadros. En el ático, sobresale la calle central, hay una pintura en el centro con dos columnas corintias sobre podio y rematadas por un frontón roto; en el centro de éste posee una tarjeta; ésta tiene en el centro tiene un jarrón de azucenas, símbolo de la orden de los Jerónimos, rematándose en una cruz. A los lados tiene dos pinturas flanqueadas por pilastras con decoración de roleos vegetales y un remate de volutas.

San Jerónimo con San Agustín
         
 Las pinturas del retablo también son de hacia 1640, son de la escuela vallisoletana y se relacionan con el entorno de Diego Valentín Díaz. Los cuadros principales representan escenas de la vida de San Jerónimo, patrón de la orden, y las más pequeñas representan escenas de la vida de Cristo y de la Virgen. En el banco se representan “el nacimiento de Cristo” y “la huida a Egipto”, hay otras cuatro pinturas de pequeño tamaño en los salientes que representan a santas vírgenes y mártires. Los cuadros del primer cuerpo representan en el lado del evangelio se representa “San Jerónimo con San Agustín”, en el del lado de la epístola se representa “San Jerónimo escribiendo la Vulgata”; sobre ambas pinturas hay dos escenas de la Vida de la Virgen, son “la Anunciación” y “el Nacimiento de la Virgen María”; en la parte superior se representa: en la pintura del lado del evangelio a “San Jerónimo haciendo penitencia”, en el cuadro central, aparece “La última Comunión de San Jerónimo” y el cuadro del lado derecho “San Jerónimo nombrado secretario del Papa San Dámaso”. Estos cuadros son muy sobrios, tienen una composición sencilla y una luz tenebrista.
Anunciación 
Sta Águeda
Sta. Lucía

Se han conservado únicamente los contratos de pintura, dorado y estofado, desconociendo el nombre del autor de las trazas y del entallador. El 6 de marzo de 1635, ante el escribano de Traspinedo, Pedro de Olmedo, se otorgaba la escritura de concierto entre el monasterio y Pedro de Fuertes y Francisco Martínez para pintar, dorar y estofar dicho retablo, según las condiciones aprobadas ese mismo día por el prior de la Armedilla, fray Sebastián de la Moratilla, pero no llegaron a realizarlo. Unos días más tarde Manuel Ruiz, vecino de la ciudad de Valladolid, pasó por el monasterio y vio la hechura del retablo  las escrituras de aquellos pintores. Se comprometió con el convento a rebajar el coste de la obra y a mantener las condiciones, firmándolas ante el mismo escribano de Traspinedo el 10 de Marzo. Como fiadores de Manuel Ruiz se presentaron José López, pintor, y Juan Rojo, tratante en el rastro de Valladolid[1].
           
Adoración de los Magos
       

     En 1822 el retablo se llevó a Riaza, y se instaló en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Manto. El encargado-jefe de la Comisión Provincial de Monumentos de Valladolid, estando en Iscar y tras visitar el monasterio, señalaba en un 
oficio firmado el 4 de enero de 1845, entre otras cosas, lo siguiente:

            El altar mayor es de madera de pino en su color sin nada dorado ni pintado,[…]. El retablo mayor que tenian antes de la primera expulsión de los Monges, de grandes dimensiones y según dicen de mucho merito, esta en la Villa de Riaza, que dio a los mismos treinta mil reales para no devolverle[2].


Actualmente se encuentra en muy buenas condiciones en esta iglesia parroquial de Riaza, situado en el presbiterio y adaptado al espacio.

San Esteban

Sta. Catalina de Alejandría
Adoración de los Pastores
Miguel Herguedas Vela


[1] La documentación sobre el retablo se localiza en A. H. N., Clero, Legajo 7.526. Cf.: GARCÍA FLORES, A. “La iglesia del monasterio jerónimo de Nuestra Señora de la Armedilla (Cogeces del Monte, Valladolid): Documentos para la historia de su construcción y de otros objetos artísticos”, HEVIA BALLINA, Agustín, Memoria Ecclesiae XVII, Arte y Archivos de la Iglesia; Santoral Hispano-Mozárabe en las Diócesis de España; Actas del XIV Congreso de la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España, celebrado en Barcelona del 13 al 17 de Septiembre de 1998, Oviedo, 2000. pp. 204 y 212 -217
[2] A. H. P. V., Sec. Histórica, 268, Comisión de Monumentos, f. 173. Ibidem. pp. 208.

lunes, 17 de septiembre de 2012

La Devoción a Nuestra Señora del Henar

Talla románica de Ntra. Sra. del Henar
Foto: Consuelo Escribano

Uno de los santuarios más importantes de Castilla es el de Nuestra Señora del Henar. Su devoción está profundamente arraigada en los pueblos y ciudades de alrededor contando con inmensidad de devotos, y contándose por miles aquellos que se acercan al Santuario a cada año. Este lugar ha sabido conservar a lo largo de los siglos esa necesidad que tiene el hombre de congregarse en determinados sitios con una finalidad de cohesión social. Los santuarios desde que el hombre es hombre han acrecentado esta necesidad, basándose muchas veces en el desarrollo de un imaginario colectivo, y han creado así una inmensa fuerza que ha conseguido la sacralización.  En Europa y especialmente en nuestro territorio o país, es la Virgen María protagonista de muchos de ellos. No gratuitamente, claro, pues ella es la Madre de Dios, de Jesús de Nazareth, cuyo ejemplo nos ha llevado a los hombres a nombrarla protectora de nuestros lugares y territorios desarrollándose así una religiosidad popular muy rica ya incluso, en el mundo cristiano, desde antes del Concilio de Nicea (325).

La Virgen preparada para la Eucaristía
Foto: Consuelo Escribano
          
  La veneración que la Virgen del Henar ostenta en la actualidad es amplísima y muy antigua, sus tallas y cofradías aparecen en muchísimas iglesias y parroquias de toda España, sobre todo desde el siglo XVIII. Como ejemplo tenemos la obra que escribe el jesuita Juan de Villafañe: Compendio Histórico en que se da noticia de las milagrosas y devotas imágenes de la reina de los cielos y tierra María Santísima que se veneran en los más célebres Santuarios de España. Advierte que hay poco que sea cierto y averiguado sobre el origen de la talla, pero consciente de la tradición que sobre ella pesa indica la leyenda sobre ella, como que fue fabricada en Antioquía y traída por San Jeroteo en el año 71 y venerada en un pueblecito llamado San Cristóbal del Henar. Es curiosísimo el comentario artístico que el padre Villafañe hace sobre esta Virgen, su forma de catalogar sigue unos pasos muy contemporáneos, y aunque como es lógico, él se confunde, deduce que por su tipología (una talla románica) es una de las más antiguas que hay en nuestro país.

Eucaristía en honor a Ntra. Sra. en la pradera
Foto: Consuelo Escribano

            Pero ya dentro de lo que es la leyenda conocida por todos, en este caso fueron San Frutos y sus hermanos los que ocultaron la imagen para evitar que fuera destruida durante alguna de las razzias, junto con un cirio encendido y en un lugar seguro. Según la leyenda fue indicado por un ángel (relación entre Tobías y San Rafael), cercano a la iglesia en la que se encontraba. Ahí fue resguardada la talla de la Virgen hasta que en el año 1580, un pastorcillo de Viloria vio a una señora que le curó el brazo y le pidió que llamara a su padre para que cavara y rescatara la imagen, y la hicieran una casa. Así hicieron, y tras retirar unas losas encontraron la talla de la Virgen junto con un cirio encendido. Cogió el padre la imagen en sus brazos y de ahí empezó a manar agua copiosa. Los pastores, con asombro, llevaron la imagen a donde había estado la talla antiguamente, a las ruinas de la antigua iglesia donde dispuso un sencillo altar. Allí acudieron los de Cuéllar una vez se les había avisado, y en una humilde choza la estuvieron venerando hasta que en 1642 con las limosnas de los vecinos y marqueses de Cuéllar, así como de los duques de Alburquerque costearon el edificio actual, que se tardó en hacer dos años.
Foto: Consuelo Escribano  
Inicio de la procesión
Los peregrinos danzan ante la Virgen
Foto: Consuelo Escribano
            Esta leyenda se publica por primera vez en la Historia de la milagrosa imagen de Nuestra Señora del Henar por Gregorio Baca de Haro, un clérigo segoviano que obtuvo el puesto de Capellán Mayor de Su Majestad en la Capilla Real de Granada. Ahí, además relata varios milagros que hizo la imagen y  después, el Padre Villafañe incluyó en su libro un resumen de los que él considera los más importantes. Aquí destacamos la primera salida de la Virgen de su Santuario que tuvo lugar en el año 1651 debido a una plaga de langosta que azotaba a la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar. Se relata que se sacaban los santos en procesión, que se hacían disciplinas públicas y viendo que no cesaba, se decidió llevar al Virgen a Cuéllar para ponerla en novena, al sacarla de su casa toda la langosta levantó el vuelo y cubriendo el sol y se arrojó a los ríos y arroyos, desapareciendo la plaga. De ello dieron testimonio los presentes y ello contribuyó a aumentar la devoción hacia esta imagen entre los pueblos de alrededor considerándola como protectora suya.
Innumerable gentío en torno a la Virgen con los niños en la carroza
Foto: Consuelo Escribano

            Esta devoción ha pervivido durante siglos, se conservan numerosos testimonios en torno a la romería de El Henar, su novenario e incluso el lugar, que forman parte de la vida de los habitantes de los pueblos de alrededor. Sigue siendo tradicional visitar a la Virgen en su camarín además acudir a la Fuente del Cirio o comer en la pradera. Desde aquí os invitamos a dejarnos vuestras historias relacionadas con este lugar.

La Virgen del Henar bajando hacia la pradera en la carroza con los niños
Foto: Consuelo Escribano

Miguel Herguedas Vela

martes, 11 de septiembre de 2012

Carpintería de lo blanco, antiguos artesonados


Viga de artesonado
Conservada en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción
Cogeces del Monte
Uno de los elementos singulares del arte mobiliar custodiados en Cogeces del Monte es una viga de madera decorada con motivos de ochos enlazados. El remate de ambos extremos de la pieza le otorga una condición de pieza de un artesonado. Sus dimensiones podrían desestimar, a priori, su correspondencia con las de las naves de nuestra parroquia, sin embargo, la viga fue hallada abandonada sobre las bóvedas barrocas cuando se hizo la obra del arreglo del tejado.



Detalle de la viga de la iglesia


El reciente reconocimiento de una pieza similar en el transcurso de unas obras en el domicilio de Begoña Villegas permite observar la reutilización de otros elementos del mismo artesonado, ahora en el ámbito doméstico, configurando un elemento esencial en la estructura de la vivienda.

Carecemos de datos a cerca de su cronología y origen exacto, aunque esto no nos desanima a seguir intentando esclarecer mas datos. Posibles futuros hallazgos de elementos similares y la búsqueda de datos archivísticos ayudarán a este respecto.
Viga aparecida en casa de Begoña Villegas
Cogeces del Monte
Foto: Nuria Herguedas

Viga aparecida en casa de Begoña Villegas
Cogeces del Monte
Foto: Nuria Herguedas
Consuelo Escribano Velasco