martes, 28 de febrero de 2012

EL "OTRO" NIÑO DE LA VIRGEN DE LA ARMEDILLA

Esta curiosa talla está expuesta en la vitrina de la sacristía de nuestra iglesia parroquial. Tal vez, debido a su pequeño tamaño, pasa desapercibida a los visitantes. El hecho de que a día de hoy lo conserve la parroquia se debe a que durante varios siglos fue el Niño Jesús visible de la Virgen de la Armedilla, la cual, a partir del XVII o XVIII, debido al gusto estético de la época, fue notablemente transformada para convertirse en imagen de vestir. El Niño en Majestad que porta sobre sus piernas fue parcialmente retirado y ocultado, y en su sustitución se colocó esta imagen. No es un caso aislado, pues ocurre con numerosas tallas que debido a los gustos y modas del momento, reciben este tipo de arreglos. El niño está pintado de negro, al igual que el rostro de la Virgen y las manos de ésta, es probable que se deba a que al pertenecer el monasterio a la Orden de San Jerónimo, los monjes desearan que su imagen se pareciera a su patrona de Cáceres, Nuestra Señora de Guadalupe. 

Este Niño Jesús se realizó en la ciudad belga de Malinas a principios del siglo XVI. El echo de que realizara en esta ciudad se debe a que tenía unos talleres de producción de imaginería religiosa en pequeño formato, especialmente para las devociones privadas, como es esta hacia el Niño Jesús, o el Niño de la Bola como es también conocido. Este tipo de piezas llegaban a Medina del Campo en grandes cantidades, debido al contacto que existía con los Países Bajos; en realidad era un buen negocio para los comerciantes, ya que eran piezas muy demandadas por su bajo coste y fácil transporte.

Esta imagen es una talla estilizada, con un ligero contraposto que le da cierta gracia destacando el vientre saliente, las piernas rollizas y los glúteos contraídos y estereotipados. Su brazo derecho se extiende para bendecir, aunque actualmente no conserva la mano; y en la mano izquierda, desaparecida, llevaba una bola que representa el mundo. Destaca su rostro, con ojos achinados, la frente despejada y abombada y la zona de la boca porque sigue el estilo de las imágenes malinesas. Conserva también la corona de plata sobredorada en la cabeza que sigue el mismo esquema que la de la Virgen pero sin el resplandor.

Miguel Herguedas Vela
Taller de Malinas
Niño Jesús s. XVI

lunes, 20 de febrero de 2012

LA TALLA DE LA VIRGEN DE LA ARMEDILLA

La imagen románica de la Virgen de la Armedilla es una talla en madera de estilo románico. La veneración de esta imagen de Santa María se retrotrae al menos al siglo XII, época en la que se reorganiza el territorio por el reino cristiano de León. Sin embargo la leyenda cuenta que la imagen fué hallada en una cueva escondida de los moros, una noticia que ya en el siglo XVI recoge el Padre Sigüenza. La parte mágica de la leyenda, siendo preciosa, no es más que una de las muchas del imaginario colectivo. La imagen que conocemos nunca pudo ser escondida de los moros, pues la amenaza del califato en esta zona se había producido mas de doscientos años antes de que se tallara esta imagen.

Representa una virgen típicamente románica: enigmática, mayestática, milagrera y sujeto de devoción popular, un fenómeno enormemente extendido durante la Plena Edad Media. La virgen, en el Románico, es Santa María, un trono (Kyriotissa), una intercesora entre los hombres y Dios; es por eso que aparece siempre sentada, con su hijo en el regazo representado como un adulto casi anciano, imagen de sabiduría y conocimiento. No existe una conexión amorosa con el hijo, que veremos más tarde en el gótico, sino que son dos personajes frontales, hieráticos y rígidos.

La imagen venerada en la Armedilla está tallada en madera y es practicamente una imagen de bulto redondo, salvo en la zona trasera que fué ahuecada para aligerar su peso y que estuvo pensada para apoyarse en una pared o un otro tipo de soporte, no siendo visible nada más que desde el frente o los lados.

Su precaria conservación hizo que se propusiera una restauración que recuperara la policromía original y eliminara la presencia de carcoma, sales, humedad, etc.

Hoy es visible tanto su soporte de madera tallado, como el lienzo sobre el que se tendió el yeso para pintar la imagen.

Las modificaciones que fueron imponiéndose con los siglos en el propio concepto de María hicieron que en el siglo XVII se convirtiera en una imagen de vestir sufriendo la amputación de sus manos originales.

En la parroquial de Cogeces del Monte se conservan las manos postizas, así como una imagen diferente del niño Jesús y los mantos de esta nueva imagen vestidera. De todo ello versa un trabajo de investigación puesto en marcha y del que se dará cuenta en una breve exposición.

Consuelo Escribano
TALLA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ARMEDILLA
Finales del siglo XII
Iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora
Cogeces del Monte

martes, 7 de febrero de 2012

LOS ERRORES DIVULGATIVOS Y EL CASTRO DE LA PLAZA

La función de los paneles divulgativos es la difusión de datos interesantes que deberían ser veraces. Sorprendente es encontrar algo tan falto de la más elemental coherencia como que en Cogeces del Monte hay un castro de la Edad del Hierro. El lugar conocido en la toponimia cogezana como CASTRO DE LA PLAZA, es un lugar ocupado durante la fase media de la Edad del Bronce, entre el 1550 y 1250, según las dataciones clásicas (mil años antes de que el Hierro se impusiera en el territorio) y probablemente no es un castro, sensu estricto, sino un lugar simbólico donde los habitantes del valle dispersos y diseminados en aldeas se reunían, constituyendo el amurallamiento (hoy desaparecido) una obra que explica una cierta cohesión social y la existencia de jerarquías. 

Este es un error repetido hasta la saciedad. De hecho aún se sigue repitiendo en los paneles, como el nuevo instalado en la senda miconatural, pero también se menciona en publicaciones de credibilidad histórica dudosísima,en las visitas guiadas de Cuéllar se sigue hablando del castro de la Plaza como un lugar ocupado por indígenas vacceos, etc.

viernes, 3 de febrero de 2012

LA VIRGEN DEL ROSARIO DE COGECES DEL MONTE

Este tema tiene un trabajo extenso publicado en la revista ARCAMADRE 11 en Julio de 2010 que os invitamos a leer; pretende hacer una revaloración del retablo desde el punto de vista artístico y de la difusión cultural. Está basado principalmente en los estudios del historiador Fernando Collar de Cáceres y en las transcripciones que aparecen en el Catálogo Monumental. El retablo, que se encuentra en el lado de la epístola, es obra del escultor riosecano, de ascendencia flamenca, Pedro de Bolduque que lo realiza en el último decenio del siglo XVI. Las tallas ejemplifican perfectamente el sentimiento contrarreformita que el Concilio de Trento impuso sobre las imágenes religiosas, en las cuales prima sobre todo la temática, expresada de una forma sencilla y dejando de lado las expresiones con el fin de evitar las interpretaciones personales. Las tallas que realiza Pedro de Bolduque carecen de sentido emocional y están basadas en modelos italianos, principalmente de Miguel Ángel, no porque hubiera viajado a Italia sino porque la obra de éste magnífico artista se estaba difundiendo gracias a los grabados. 

Entre todas sus obras destaca el tipo de Virgen del Rosario que se difunde por la Villa y Tierra de Cuéllar y localidades de alrededor. La primera que se realiza, y la de mayor calidad, es la que se encuentra en el retablo de la epístola en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Bahabón, y siguiendo a esta realizó la que se encuentra en la iglesia de San Miguel de Cuéllar, siguiendo con las de la iglesia de la localidad de San Cristóbal de Cuéllar, y la titular del retablo lateral de Cogeces del Monte. El modelo fue tan famoso, que fue repetido por sus seguidores en las tallas de las Vírgenes de Vallelado y Escarabajosa de Cuéllar así como en varias iglesias del obispado de Segovia. 

La Virgen del Rosario de Cogeces sigue el mismo modelo que la de la iglesia de San Miguel de Cuéllar. El canon de esta imagen tiene la monumentalidad de Juan de Juni, destaca su interés por la simetría, la agitación del manto y los numerosos plegados y circunvoluciones que crean efectos de claroscuro. La mano izquierda está levantada agarrando un ramo de de rosas y en la derecha sosteniendo al Niño Jesús. El rostro de ambos refleja la austeridad que impone la Contrarreforma en las imágenes religiosas con esa frontalidad y rigidez. Es curioso como los artistas repiten un mismo modelo de rostro, en este caso, Pedro de Bolduque se basa en un rectángulo para representar las finas facciones de la cara. También en los niños, tanto el de la Virgen del Rosario como los que realiza para otros conjuntos tienen un dinámico contraposto que contribuye a animar este tipo de figuras tan solemnes. 

Pedro de Boduque
Nuestra Señora del Rosario
h. 1594
Cogeces del Monte
Foto: Archivo Parroquial


Este retablo de Nuestra Señora del Rosario muestra el cambio de formas existentes entre el Renacimiento y el nuevo estilo que caracteriza al siglo XVII, el Barroco. Además gracias a la información que el artista nos dejó se puede avanzar en el conocimiento de la autoría del retablo mayor de la iglesia parroquial, mostrando además el movimiento artístico existente en la Villa y Tierra y sus contactos con los lugares más prolíficos y de vanguardia del momento en Castilla. Este retablo contribuía a la decoración de un templo de amplias dimensiones, gracias a la solemnidad que emite su estructura y por esos estofados y policromados que presentan las imágenes que lo forman. Sin duda fue concebido para fomentar entre los fieles el fervor religioso del Rosario y contribuyendo así a la formación religiosa, de hecho, en Cogeces había una cofradía del Rosario, cuyas actas comienzan en el segundo cuarto del siglo XVII y se extingue ya avanzado el siglo XIX, de ella se conservan las varas de los presidentes en la sacristía. 

Bibliografía:

COLLAR DE CÁCERES. Fernando, “Sobre Pedro Bolduque”, Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte (U.A.M.). Vol. XI, 1999. pp. 101-128.

HERGUEDAS VELA, Miguel, "El Retablo de Nuestra Señora del Rosario de Cogeces del Monte obra de Pedro de Bolduque", Arcamadre, 11, Cogeces del Monte, Julio de 2010.

VALDIVIESO, Enrique, Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid, Tomo VIII, Antiguo Partido Judicial de Peñafiel, Diputación de Valladolid, 1975. pp. 59-76.

VELASCO BAYÓN, Balbino (O. C.), Historia de Cuéllar, Diputación Provincial de Segovia, 3ª ed., Segovia, 1988. pp. 262-267.


Miguel Herguedas Vela