lunes, 25 de noviembre de 2013

La fiesta de los toros y su plaza en Montemayor de Pililla

La tradición y la costumbre hacen casi inseparable la comunión entre los toros y Montemayor de Pililla, ya lo dice la coplilla “en Montemayor novillos…”, esta unión tiene su lugar preferente de encuentro en la Plaza de Toros atalancada que, año tras año, se construye con motivo de la Función de la Exaltación de la Santa Cruz. 


Esta plaza de madera, que ahora llaman empalizada, ya que se construye con palos, pies derechos, vigas, burladeros, tablas y charranchas, se ha venido realizando en los espacios públicos señeros, la Plaza de Mayor o la Plaza de la Iglesia, hasta que la urbanización y el hormigón la han colocado en las afueras, en la “playa” junto al campo de fútbol. El lugar es lo de menos, desde que las gentes de este pueblo tienen uso de razón, incluidos los años de la Guerra Civil, se ha conformado según manda la tradición. 

La expectación crece desde mediados de agosto por ver como va construyéndose nuestra plaza. No hay vecino de esta villa que no tenga una anécdota, un cuento acaecido en ella. No hay vivencias más profundas que las que se acumulan entre sus maderos, comenzando por el sorteo del “tablao” o “entablao”, temprano el “día de la Víspera
”, hasta los sustos y risas por la ropa de “Domingo” rota o manchada con las vaquillas el “día de la Abuela”, pasando por el triduo festivo al completo. Miedo, valentía, amoríos, coraje, en fin, una serie de sentimientos que no se pueden encorsetar en unas cuartillas y que perpetúan el festejo popular en ese recinto querido. 



Por ello estamos intentando preservarla desde la Asociación Cultural Taurina la Empalizada de los vientos cambiantes, de las modas o de los encargados de turno, para protegerla y proteger nuestra memoria colectiva, uno de los pocos hitos o ritos que conservamos frente a la “modernez” arrolladora.




Javier Sanz




lunes, 18 de noviembre de 2013

I Jornadas del Patrimonio: Gestión Integral del Patrimonio Cultural


Inauguración de las I Jornadas de Patrimonio
Durante los días 8 y 9 de noviembre tuvieron lugar estas jornadas dedicadas al Patrimonio Cultural. Gihec, como co-organizadores junto a Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio de Valladolid, queremos agradecer a los participantes su interés, a las instituciones (Dirección General de Patrimonio Cultural, Universidad Miguel de Cervantes y Ayuntamiento de Cogeces del Monte) su apoyo y colaboración. Estamos mas que satisfechos por el resultado.

La jornada del primer día tuvo lugar en el Salón de Grados de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, tras la presentación e inauguración la primera conferencia fue llevada a cabo por Enrique Sáiz Martín, Director General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, bajo el título "El patrimonio como motor de desarrollo en Castilla y León" mostrando las diferentes intervenciones en las que ha intervenido la Junta, y de ella podemos destacar:

El patrimonio cultural es complejo y varía y amplía su concepto. En la actualidad nadie cuestiona la necesidad de valorar el llamado patrimonio inmaterial en la misma medida que el tangible. En estos tiempos son necesarios la implicación social y una profunda reflexión sobre la gestión patrimonial.
Conferencia de Enrique Saíz
El Patrimonio como motor de desarrollo en Castilla y León
Tras ésta, intervino el presidente de la Asociación de Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio de Valladolid, Miguel Ángel García Velasco, que además también estuvo en la coordinación del curso, en ella nos mostró una amplia reflexión sobre el concepto del patrimonio cultural y sus diversas formas de manifestación: Hay muchas manifestaciones humanas que hoy no se consideran culturales y pueden llegar a constituir bienes futuros del patrimonio cultural.

Intervención de Miguel Ángel García Velasco
Tipos de patrimonio y ejemplos de gestión aplicados
 
Bajo el título "Investigación y puesta en valor del patrimonio arqueológico en Castilla y León" Jesús del Val intervino en una conferencia en la que mostró diferentes yacimientos gestionados por la Junta de Castilla y León, de ella podemos destacar: 
 El Patrimonio arqueológico es especialmente frágil y requiere de un tratamiento, muy específico. Su investigación y puesta en valor exige grandes dosis de pragmatismo y un esfuerzo en la socialización de su conocimiento y preservación.
Presentación de la conferencia de Jesús del Val
Investigación y puesta en valor del patrimonio arqueológico en Castilla y León

La sesión de la tarde comenzó con la conferencia de David Muriel Alonso, Técnico de Desarrollo Local de Medina del Campo, en la que señaló que La gestión del patrimonio cultural a escala local requiere de una seria programación que puede incardinarse en la gestión turística a través de recursos en los que la participación ciudadana es clave.

Conferencia de David Muriel
Ejemplos de gestión patrimonial en Medina del Campo
Esta primera jornada finalizó con una mesa redonda que estuvo presidida y moderada por Carlos Belloso Martín, Decano de la Facultad de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Europea Miguel de Cervantes. En ella participaron los coordinadores de las jornadas Consuelo Escribano Velasco y Miguel Ángel García Velasco y también David Muriel Alonso donde respondieron a diferentes preguntas sobre el patrimonio cultural.  

La segunda sesión de las I Jornadas de Patrimonio tuvo lugar en Cogeces del Monte, en el Salón de Actos del Ayuntamiento y se ha realizado una visita al Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla. Comenzó con la conferencia del profesor de la Universidad de Valladolid, Francisco Javier Gómez, cuya dedicación a la sociología hizo reflexionar en varios aspectos del patrimonio especialmente en la necesidad de evaluar el impacto que éste tiene a la hora de hacer su gestión, ya que los niveles de evaluación en estos aspectos están a un nivel muy primitivo. 
Mesa redonda 
Las asignaturas pendientes en la gestión patrimonial en relación con el turismo cultural deben ser objeto de evaluación.
También se trataron temas relacionados con la museografía, en la conferencia llevada a cabo por el miembro del GIHEC Roberto Losa, con su experiencia en la gestión de colecciones locales nos ofreció una conferencia en la que pudimos comprobar los objetivos hacia los que un museo ha de dirigirse, debe ser profesional, atraer a los visitantes, dinamizar la vida cultural de la comunidad y contar con los medios culturales básicos. 
Intervención de Francisco Javier Gómez 
La práctica de la museografía a escala local es compleja. Una garantía de la buena gestión es la correcta programación, Los proyectos han de tener en cuenta los objetivos, la realidad económica en la que se inserta la sociedad que los acoge y cual es su posible proyección real.

Presentación de la Conferencia de Roberto Losa
Museografía y expresión en el ámbito rural
Además, la mañana se cerró con una visita interpretativa al Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla, guiada por Consuelo Escribano Velasco, en la que tras visitar las ruinas se pudo hacer un pequeño cruce de ideas sobre cómo se deben gestionar estos lugares tan complejos.

Por la tarde el profesor Ignacio Molina, del departamento de Geografía de la Universidad de Valladolid, en su conferencia, en la que propuso diferentes formas de llevar a cabo la gestión del patrimonio a escala local y la importancia que éste tiene en su desarrollo. 
Visita al Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla
La última conferencia fue llevada a cabo por los miembros del GIHEC, Consuelo Escribano Velasco y Miguel Herguedas Vela que expusieron la forma en que el grupo de investigación se organiza y sus diversas actividades relacionadas con la innovación en el estudio, catalogación y presentación publica del patrimonio cultural. 
Conferencia de Ignacio Molina
El patrimonio cultural como eje vertebrador del desarrollo local
Tras el resultado de estas primeras jornadas creemos necesario seguir impulsando este tipo de actividades por lo debido al interés de muchos de los asistentes nos sentimos con fuerzas para en años venideros realizar las siguientes sesiones. 

Miguel Herguedas y Consuelo Escribano
Nuevas orientaciones en la gestión del patrimonio cultural

martes, 12 de noviembre de 2013

La Armedilla. Arqueología con emoción


Llegar a la Armedilla es, en principio, una sorpresa, pues tras la curva de la carretera y casi inesperadamente, te das de bruces con la imagen recortada de una espadaña que parece emerger de la ladera. Es un lugar hermoso, una ruina solemne, sobria y llena de energía donde el clima se muestra crudamente exagerado: sofocante y helador, dependiendo de la estación.

Hay que dar muchas vueltas a estas ruinas para entender su funcionamiento. La propia evolución y la incuria son responsables de una amalgama de muros y vacíos, de abrevaderos y gradas, de difícil comprensión. 

A la vez es un lugar intemporal en el que se cruzan significados y valores, un complejo de sombras y luces que atrapan a las mentes mas inquietas y a los sentidos mas exigentes. 

Mucho mas allá de la belleza de la ruina, de las leyendas que lo aderezan y de las fotografías que se le hacen, se entrevé un significado histórico, territorial,socioeconómico, antropológico...

Estar allí tiene un sentido casi telúrico, como si un eje te atravesara y anclara al suelo, a las raíces, y luego te proyectara a una copa invisible que mueve el viento, que se tuesta al sol y se humedece con el relente del valle. 

El origen del monasterio jerónimo de La Armedilla está en lo pequeño, lo mínimo diría yo, de una cuevita, un abrigo de caliza de pequeñas dimensiones, donde según cuenta el Padre Sigüenza, una imagen de la virgen fue escondida de moros, hasta que unos pastores –cómo no- la devolvieron a las gentes. Resultó que era una milagrera reliquia y los devotos empezaron a peregrinar, lo que requería de la presencia de un ermitaño.

Al Concejo de Cuéllar, en cuyos límites mas norteños se hallaba la cueva, debió parecer gravoso el mantenimiento de esa ermita, así que ofrecieron a los monjes cistercienses de Sacramenia este lugar. Sin entrar en mas detalles, parece que la callada fue la respuesta y jamás existió un monasterio cister en la Armedilla. 

Deconstruir decenios de ideas sobre los monjes del cister asentados allí, a base de copiar y reproducir el error, no ha sido tarea fácil, mas aún si quien lo dice es una arqueóloga, esa especie de lo que viene a interpretarse como una aventurera ( por no decir rara avis) de profesión vocacional de la que poco o nada se sabe.

Así que las venerables ruinas que llegaron a nosotros son jerónimas, oficialmente a partir de 1402, cuando se firma el documento de toma de posesión por los monjes de la Mejorada de Olmedo. Fue Fernando de Antequera, señor de Peñafiel y Cuellar y futuro Fernando I de Aragón, dona a estos nuevos moradores la hermyta e granja con todas las edificaciones della. 

La ermita era ya una iglesia semirupestre a la que se adjunta una granja. ¿Era esta una de aquellas granjas de los monjes cistercienses? Pudiera ser, pero no hay un solo dato mas en esa dirección, al menos por el momento. Vaya bicoca de lugar de estudio, no tiene mas que preguntas y las soluciones cuestan miles de horas de trabajo, de contrastar opiniones, de saber entender el territorio, de las distancias a las casas de las que dependían. Todo un galimatías. 

Son estos jerónimos, orden ascendente de la época, quienes heredan la antigua ermitiella y anejos y comienzan a levantar el monasterio sobre tres terrazas artificiales. 
La terraza baja abraza la pequeña iglesia e instala el claustro y en su derredor, todas las dependencias.

La Cueva se convirtió en cripta y 30 escalones hacia arriba una nueva iglesia de planta rectangular servía para el culto monacal. Esta nueva iglesia ocupa la terraza intermedia. Un siglo mas tarde, siendo ya los Alburquerque los señores cuellaranos, ejercieron su mecenazgo en la Armedilla levantando un palacete, en el que algunos de ellos testaron, y, muy a su pesar, una nueva iglesia, junto a la portería y sobre la huerta, ya en la terraza inferior 

Antes de excavar los arqueólogos trabajan. 


Sin estridencias e intentando que se compensen los esfuerzos presupuestarios y el rendimiento científico, se ponen en marcha los mecanismos técnicos que permiten conocer mejor este lugar sobre el que se han repetido imprecisiones. 

Lo mas duro, estar sin estar, lo mejor, ver que se podía hacer, que se iba a hacer. 

Poner al día toda la documentación del Archivo Histórico Nacional –la que se salvó de la desamortización- y lo poco y especialmente inesperado del Archivo Diocesano –que por error se guardó como “ Cuentas de un particular” fue un inicio alentador que nos daba perspectivas de análisis sobre la economía conventual en el XVIII, sobre las decisiones capitulares, las explotaciones dependientes del Monasterio, y un sinfín de noticias sobre la estructura monacal. 

Hasta entonces se carecía de planimetría y la fotogrametría con scaner digital puso a nuestro alcance, con las limitaciones y aciertos propias del método empleado, ortofotografías de millones de puntos de los alzados del monasterio. 


La excavación en el claustro. 
Vista general de la galería norte del claustro. 
Al  fondo se aprecian las huellas de los arcos formeros
Junto a la cueva se abría el patio o claustro reglar. Una estructura incompleta, parcialmente desaparecida bajo los escombros, sin las bóvedas que se decían cistercienses por ser de crucería, según se pueden ver en las fotografías realizadas por Francisco Antón hacia 1920. Había quienes decían que este había sido completamente expoliado y que el pedrerío se hallaba en una finca de un pueblo próximo.

En 2006, apenas quedaba un espacio cuadrangular de 25 x 25 metros invadido por la vegetación. En algunos de los muros, se apreciaban las huellas del arranque de los arcos formeros que definían parte de las bóvedas de crucería hoy desaparecidas, y de las que dimos cuenta en el registro arqueológico.

La panda occidental estaba colmatada por un potente nivel de escombro compuesto por sillares, molduras de ventanas, claves de bóveda….procedentes de los alzados de las fábricas. Muros y bóvedas yacían sobre el suelo de la galería tras el abandono del complejo monástico entorno a los siglos XIX y XX. 

El primer sondeo nos dejó reconocer los restos de un pavimento de losas que recorría los pasillos del claustro que se conservaba como un elemento purame
nte residual; apenas una solitaria losa de piedra encajada en el fuste de una de las columnas adosadas al muro de la galería

Enfrentado a esta columna y a una distancia de tres metros, aparecieron los restos de un muro que servía de apoyo a un pilar de planta cruziforme, bastante similar a los que se conservan en el monasterio de Nuestra Señora de la Estrella en la Rioja, cenobio perteneciente a la misma orden religiosa que la Armedilla y fundado en la misma época –Siglo XV-. 

Estos resultados nos fueron de gran utilidad a la hora de comenzar la intervención arqueológica extensiva en las pandas. 
Los niveles de escombro llegaban a tener hasta tres metros de espesor decidiéndose, en aquel momento, su retirada. De este modo, se hacía mas comprensible el trazado y altura en sus origen y durante su uso entre los siglos XV y XVI. 

Las galerías del claustro contaban con un muro bajo donde se ubican los restos de pilares de donde arrancan los nervios de bóvedas de crucería que van a descansar sobre columnas dispuestas frente a ellos a intervalos regulares. 
La retirada del escombro constató el expolio de las losas del pavimento original, del que solo se conservan dos losas, una de ellas encajada en una columna del pasillo norte, la otra junto a uno de los muros de la galería oeste. Lla facilidad de para su obtención y la buena factura que tenían garantizaban su reubicación y reutilización en nuevos edificios. 

Otro tanto ocurrió con las 12 semicolumnas adosadas a los muros internos del claustro, de las que en buena parte de los casos solo quedan las bases y que no comparecieron durante el trabajo de desescombro, y con las jambas de las 5 o 6 puertas detectadas en el proceso de excavación arqueológica. 

Sabemos de estas 6 puertas, una de ellas daba acceso al Camarín de la Virgen, obra fechada en 1692, localizada junto a la cabecera de la Iglesia, en la esquina NO del claustro. 

En este mismo pasillo se localiza una nueva abertura. Destaca por no solo su relativa monumentalidad, configurando un acceso de buenas dimensiones, sino también por el arrasamiento de su estructura. Nuevamente las jambas están totalmente expoliadas. 

Si tenemos en cuenta que en todo monasterio existen dos estancias dotadas de mayor importancia como son el refectorio y la sala capitular, posiblemente nos encontremos ante la entrada de una de ellas. 

La excavación arqueológica también nos ha permitido identificar el aspecto último que tenían los lienzos del cenobio. En algunos tramos vemos como conservan un revestimiento de cal que en ocasiones está pintado simulando un trampantojo de sillares con llagueado pintado en negro. Incluso comparecen graffitti, concretamente una botella. Los documentos del monasterio nos hablan del uso de esta técnica decorativa en los primeros años del siglo XVI, conservando este aspecto hasta la desamortización y posterior abandono del recinto monástico en el siglo XIX. 

Como es sabido, La Armedilla es un lugar bien abastecido de agua y posee una red con captación en el Arca Madre. Ese flujo de agua es conducido y canalizado por los monjes a través de atarjeas y tubos de arcilla machihembrados, hasta las diferentes estancias del mismos y dada su configuración aterrazada sobre la ladera la propia caída facilitaba el discurso del agua por todo el monasterio para acabar, bajo la terraza inferior, canalizada hasta la huerta del convento.

Los pasillos que definen el área claustral no solo sirvieron a los frailes como lugar de encuentro y reflexión espiritual, también fue el lugar elegido como última morada. Allí se hicieron enterrar algunos miembros de la comunidad jerónima, una cuestión recogida en las citas documentales y reconocida por la excavación arqueológica. Conocemos su ubicación en el claustro bajo como sugiere el acta capitular del 28 de diciembre de 1748 que con motivo de la fabricación de nuevas tumbas de piedra se realiza el traslado de los restos de algunos monjes: También propuso nuestro Padre Prior si gustaba la Comunidad hacer entierro y dar sepultura a los huesos de nuestros Hermanos difuntos, que havian sacado del Claustro con la ocasion de haverse echo sepulturas de piedra de silleria. 

El registro arqueológico ha permitido identificar dos sepulturas localizadas en el pasillo oeste; se trata de dos fosas excavadas en el subsuelo. 

La intervención arqueológica realizada en la zona del claustro reglar de la Armedilla permitió, además, identificar elementos que habían pasado desapercibidos hasta entonces. Un machón rematado en la zona superior con un vierteaguas, venía a poner de manifiesto el remate de alero de la cubierta del claustro en su planta baja.
Se acometió un inventario, catalogación y reubicación del material pétreo obtenido del desescombro de una fase de consolidación previa de los muros de la iglesia, un trabajo que nunca se había acometido hasta ese momento.

Para finalizar, tener la oportunidad de haber realizado este análisis arqueológico no ha hecho sino ampliar nuestro conocimiento histórico del lugar, corroborando hipótesis que venían analizándose ya desde hacía unos años. Sin embargo, el estado de conservación de los paramentos de la construcción, incluso bajo cota 0, es tan lamentable, que necesita ir permanentemente acompañado de una intervención de consolidación y restauración de las ruinas, un proyecto específico, que en ese momento excedió las previsiones iniciales.

Consuelo Escribano Velasco

BIBLIOGRAFÍA
A la izquierda podemos ver uno de los elementos constructivos recuperados. Se trata de la clave central de una de las bóvedas hundidas en de la galería norte del claustro. A la derecha diferentes marcas de cantero detectadas en algunas de las piezas: estrella de cinco puntas y tridente.
ALONSO S., RUANO M.A. Y ESCRIBANO, C. “Estudio, caracterización y reconstrucción virtual del Monasterio de Ntra. Sra. de la Armedilla, Cogeces del Monte (Valladolid)”, Actas del IV Congreso Internacional “Restaurar la memoria”. Arqueología, Arte y Restauración. Arpa 2004. 2006. 

BUENO DOMINGUEZ, Mª.L. Espacios de Vida y Muerte en la Edad Media. Editorial Semuret. España, 2001

CRESPO DÍEZ, M., HERRÁN MARTINEZ, J.I., PUENTE APARICO, M.J. (2006): El Monasterio Cisterciense de Santa María de Matallana. Diputación de Valladolid. 2006. 

ESCRIBANO VELASCO, C. Actuación arqueológica en el Monasterio de Nuestra Señora de La Armedilla. Informe inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de Valladolid. 1992. 

GARCÍA DEL POZO, E. La Armedilla. Un monasterio olvidado. Diputación de Valladolid. 2005. 

GARCÍA DEL POZO, E. Informe técnico de los trabajos arqueológicos llevados a cabo en el Monasterio de Nuestra Sra. de la Armedilla, en Cogeces del Monte (Valladolid) en 2001. Informe inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de Valladolid. 2002. 

GARCÍA FLORES, A. “La iglesia del Monasterio jerónimo de Santa María de la Armedilla (Cogeces del Monte, Valladolid): documentos para la historia de su construcción y de otros objetos artísticos”. Memoria Eclesial XVII. Oviedo.2000. 

HERNÁNDEZ MONTERO, J. A. “El Monasterio de Santa María de La Armedilla (I)”. La Villa. Cuellar. 2001. 

HERNÁNDEZ MONTERO, J. A. “El Monasterio de Santa María de La Armedilla (II)”. La Villa. Cuellar. 2002. 

RUIZ HERNANDO, J. A. Los Monasterios Jerónimos Españoles. Segovia.1997 

SERCAM S.C.L. a (2007): “Estudio Documental del Monasterio Jerónimo de Nuestra Señora de la Armedilla, Cogeces del Monte, Valladolid”. Informe inédito depositado en la Dirección General de Patrimonio y Bienes Culturales. Consejería de Cultura y Turismo. Junta de Castilla y León. 

SERCAM S.C.L. b (2007): “Informe de los trabajos arqueológicos en el Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla, Cogeces del Monte, Valladolid”. Informe inédito depositado en la Dirección General de Patrimonio y Bienes Culturales. Consejería de Cultura y Turismo. Junta de Castilla y León. 

Sigüenza, J. Historia de la Orden de San Jerónimo. Junta de Castilla y León. Valladolid. 2000.

jueves, 31 de octubre de 2013

El Castro de la Plaza, Pico de la Frente (Cogeces del Monte)


Pico de la frente sobre el que se sitúa el Castro de la Plaza.
Vista desde la confluencia de los arroyos Valcorba y Cogeces.


Vivencias de una arqueóloga





Recientemente caía, por sorpresa, en mis manos una fotografía que me hicieron allá por 1986 en una de las camapañas de excavación arqueológica en el Castro de la Plaza. Tal vez en un descanso o al final de la jornada o, por qué no, al comienzo de la mañana, decidimos hacernos una el director de la excavación, José Antonio Rodríguez Marcos, y yo, espalda con espalda. Era en mi pueblo, yo formaba parte del equipo de intervención, estaba recién licenciada, acabada mi carrera , formándome en el campo, como se brean los auténticos arqueólogos, para luego en decenas y centenares horas de taller, estudio, dibujo y mas estudio, llegar a escribir unas cuantas ,líneas que permitan entender cómo era la vida hace mil o dos mil años. 

Mis recuerdos de aquella campaña son maravillosos. Estudiantes ávidos de aprender, protolicenciados con los dientes largos por estar allí, en primera línea de una investigación de tanto interés, directores de gran trayectoria y talla intelectual, cogezanos que nos visitaban y alucinaban con nuestras fomas de trabajo (la cara de Valerio Arranz viéndome tirar de pico, pala criba y lo que fuera menester era un poema), el papel de Julio Andrés como alcalde y amigo de todos, las albóndigas de Yayo, los paseos por los poyatos del Quiñón y por el bosque encantado, las vistas desde el Pico de la Frente que apelaban a que este era un lugar esencial que dominaba del Duero en Tudela hasta las cabeceras de los valles; todo se junta en mi cabeza atropellado pero como si hubiera sido ayer mismo. 
Hoy veintiséis años después, sigo teniendo las mismas ganas de conocer sobre este lugar y su significado, conservo la amistad de muchos de los que allí trabajamos y tengo un nudo en la garganta al recordar tanto trabajo y tantas satisfacciones. 
Va por Marcos, que infatigable recompone el puzzle de la ocupación del Bronce Medio en el centro de la Cuenca del Duero, que hizo de esto su tesis doctoral y que es mi amigo. Va también por Rober, que incluyó este maravilloso lugar emblemático en uno de los pasajes de su primera novela, Por el honor de los Vacceos.



El Castro de La Plaza

Vista aérea del Castro de la Plaza y Pico de La Frente


Plano del Castro de la Plaza utilizado por Delibes y Manzano en 1981.
Hace fresco por la mañana en septiembre. El traqueteo dentro del Land Rover de nueve plazas nos mantiene despiertos y oscilantes. Subimos la cuesta de Peroleja y percibimos el enorme desnivel hasta llegar ala llanura del páramo. Pasamos los campos de cereal cosechado y nos adentramos por un camino hasta el bosque de encinas. Apuntan algunos enebros y sabinas, robles, espinos, espantalobos y jazmines. 

Somos arqueólogos. Nuestra jornada comienza pronto. No hay nadie en el camino. Vamos forrados de ropa. En el habitáculo del coche no hay un sitio vacío; amontonamos a nuestros pies trípodes, cabeza de nivel, jalones, cámaras de fotos en sus fundas, los cuadernos de campo, el papel cuadriculado, cintas métricas, guantes, bolsas, fichas en blanco. Tenemos una perspectiva de conocimiento. Movemos incansablemente la tierra para analizar hasta el mas mínimo detalle. Es importante lo que hay y lo que no hay, su relación, localización, posición, conservación. 


Hemos llegado a una superficie abierta, una herida gruesa que se abre en el bosque. A ambos lados se amontonan piedras en lomos de acantilados mínimos. Estamos en el centro de la nada que fue un enorme túmulo, ahora vaciado por las máquinas excavadoras, en el cierre del Castro de la Plaza.


Conocido ya por Agapito y Revilla y recogido en la Carta Arqueológica de Federico Wattemberg a mediados de los 70 del siglo XX, era, entonces, interpretado como un castro de la Edad del Hierro, uno mas de los hasta entonces conocidos. Su situación en el extremo noroeste del término municipal de Cogeces del Monte, sobre un promontorio de páramo a 876 m sobre el nivel del mar, dominando la confluencia de los arroyos Valcorba y Cogeces, ofrece unas bellísimas, magníficas y extensas posibilidades visuales sobre el Duero. 

A comienzos de los 80 la noticia de su desmantelamiento, prácticamente total, para que la piedra que conformaba la gran defensa fuera directamente a una machacadora, supuso como reacción inmediata, la realización de un exhaustivo y sistemático trabajo arqueológico bajo la dirección de Germán Delibes y Julio Manzano. Fueron ellos quieres prospectaron el lugar por primera vez, caracterizando este enorme encerradero de mas de 17 ha. en el que se desmentía una ocupación de la II Edad del Hierro. Fueron ellos los primeros en realizar una excavación arqueológica, determinando datos interesantísimos sobre las características de esta enorme muralla de mas de 150 m de longitud por mas de 20 de anchura y 4 de altura. 

Pacientemente observaron, documentaron y analizaron los materiales y técnicas que se habían empleado para levantar esta muralla. Bloques desiguales de caliza habían sido trabados con tierra. La enorme defensa solo se interrumpía en una posible entrada, aparentemente coincidente con la embocadura del camino actual que comunica este espacio con la población de Cogeces del Monte. 

Tras sus importantes trabajos, la batuta de la dirección arqueológica de las investigaciones en La Plaza pasó a José Antonio Rodríguez Marcos , quien intervino hasta tres veces, entre los años 1980 y 1986, aportando novedades respecto al conocimiento de este tipo de enclaves y de sus defensas. Estas actuaciones permitieron reconocer que la muralla sufrió un intenso fuego, siendo posible reconocer troncos de madera carbonizados y bloques de caliza convertidos en cal viva, lo que nos permite apuntar la utilización del encofrado para su construcción y su mantenimiento, a la vez que los procesos destructivos de aquella. 


Ortofotografía del castro de la Plaza.
 Con las flechas se señala la llaga de la muralla. 
Fotografía proporcionada por J.A. Rodríguez Marcos.

El imponente lugar corresponde a una época en la que se han documentado decenas de pequeños poblados situados en el fondo de los mismos. Es por ello que ha sido interpretado como un núcleo aglutinador de los pobladores del entorno. Aún no hemos reconocido estructuras en su interior, tampoco restos materiales que apunten a una posible actividad ganadera o agrícola del gran espacio que encierra la muralla. Entonces ¿Qué se hacía allí? ¿Cúal era la función del castro de la Plaza? 

Cerámica de carena alta tipo protocogotas, de la Plaza.

Es innegable que la sociedad que levantó la gran estructura defensiva tuvo que invertir un esfuerzo enorme en hacerlo.; tiempo e individuos exigen de una organización, del concepto de trabajo para la comunidad y de la existencia de una jerarquización social compleja . Quizá sea un lugar de referencia territorial no ocupado de forma permanente sino solo en momentos de encuentro entre las diversas comunidades de una misma zona, siendo esta impresionante muralla, hoy venida a menos, el testimonio simbólico de una comunidad de mediados de la Edad del Bronce. Intercambios comerciales, lazos de parentesco, celebraciones rituales, concertación de matrimonios, exhibición del estatus, administración de normas…..y quién sabe cúantas cosas mas, pudieron celebrarse en la plaza de forma periódica.

Las intervenciones en el Castro de la Plaza han permitido datar un horizonte cultural específico, hoy bien conocido como horizonte Cogeces, La Plaza o Protocogotas, cuya datación se sitúa alrededor de 1600 a C. 

Mucho queda aún por saber de este lugar que ha permanecido en la memoria de la gente hasta la actualidad. La realidad de la Plaza se mezcla con la costumbre y el mito e incluso ha sido objeto de tratamiento literario.

Consuelo Escribano Velasco

También se puede consultar la siguiente bibliografía sobre este yacimiento:


viernes, 25 de octubre de 2013

I JORNADAS SOBRE EL PATRIMONIO

GESTIÓN INTEGRAL DEL PATRIMONIO CULTURAL

Publicamos en esta entrada el programa organizado por la plataforma de Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio de Valladolid y el Grupo de Investigación Histórica y Etnográfica de Cogeces del Monte (GIHEC), que tendrá lugar los días 8 y 9 de noviembre. 

Somos conscientes de la importancia que el patrimonio, en todo su concepto. Por ello el objetivo al que queremos llegar en este caso es la formación en conocimiento de patrimonio cultural en Castilla y León, como disciplina que versan otros sectores. El patrimonio como generador de riqueza, de creatividad y de dinamización económica de los territorios. 

A estas jornadas está invitado todo aquel que sienta interés por la gestión cultural y del patrimonio, la inscripción es gratuita y las sesiones tendrán lugar: el día 8, viernes, en el Salón de Grados de la Universidad Europea Miguel de Cervantes; y el sábado, día 9, en el Salón de Actos del Ayuntamiento de Cogeces del Monte. 

Para inscribirse es necesario enviar los datos personales al secretariado: Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio de Valladolid, Apdo. de Correos 4025. 47080, Valladolid. A través de correo electrónico: patrimoniovalladolid@gmail.com ; y por teléfono: 652484022. 
El programa que se desarrollará es el siguiente (lo podéis descargar de la web o pinchando para verlo en grande)
VIERNES 8 DE NOVIEMBRE - SALÓN DE GRADOS. Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) VALLADOLID:

9.30h. Entrega de documentación.
10 h. PRESENTACIÓN DEL CURSO.
10.15h. INAUGURACIÓN. El patrimonio como motor de desarrollo en Castilla y León.
D. Enrique Sáiz. Director General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.
11.30h. Conferencia. Tipos de patrimonio y ejemplos de gestión aplicados.
D. Miguel Ángel García Velasco. Historiador y Gestor Cultural.

12.30h. DESCANSO

13h. Conferencia. Investigación y puesta en valor del patrimonio arqueológico en Castilla y León.
D. Jesús del Val. Jefe del Servicio de Planificación y Estudios de la D.G. de Patrimonio Cultural. Junta de Castilla y León. 

14h. DESCANSO

16.30h. Conferencia. Ejemplos de gestión patrimonial en Medina del Campo.
D. David Muriel Alonso. Geógrafo y Técnico de Desarrollo Local de Medina del Campo.
17.30h. MESA REDONDA Gestión integral de patrimonio cultural.
Moderado por D. Carlos Belloso Martín. Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas de la UEMC
Intervienen: Miguel Ángel García, David Muriel y Consuelo Escribano.
19H. Fin de la primera jornada.

SÁBADO 9 DE NOVIEMBRE - SALÓN DE ACTOS AYTO. COGECES DEL MONTE 

10h. Conferencia. Impacto social en el patrimonio.
D. Fco. Javier Gómez. Profesor de Sociología de la Universidad de Valladolid.
11h. Conferencia. Museografía y expresión en el ámbito rural D. Roberto Losa. Museógrafo. GIHEC.

12h. DESCANSO

12.30h. Visita al patrimonio de Cogeces del Monte. (Monasterio de la Armedilla) acompañado por Consuelo Escribano, miembro del GIHEC.

14.30h. DESCANSO

16.30h. Conferencia. El Patrimonio cultural como eje vertebrador en el desarrollo local.
D. Ignacio Molina de la Torre. Profesor de Geografía de la Universidad de Valladolid.
17.30h. Conferencia. Nuevas orientaciones en la gestión del Patrimonio Cultural
Dña. Consuelo Escribano Velasco. Arqueóloga. D.G. Patrimonio Cultural. Junta de Castilla y León
D. Miguel Herguedas Vela. Investigador en el Instituto Universitario de Historia Simancas.

18.30h. Entrega de los diplomas acreditativos y clausura de las Jornadas






lunes, 14 de octubre de 2013

Rincones con Encanto. Chozos de Cogeces del Monte

Durante el martes uno de octubre tuvimos la posibilidad de grabar para Castilla y León Televisión un pequeño reportaje en el que exponíamos la importancia de la cultura pastoril en Cogeces del Monte. Tuvo lugar en el chozo de Los Hilos, en nuestro parque etnográfico. El programa se emitió el lunes 7 de octubre en el programa "Valladolid es Así", en cuya presentación está Beatriz Sanz que nos acompañó durante la grabación del programa así como Miguel Ángel García Velasco, miembro de la asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio de Valladolid y que colabora junto con su presentadora en esta sección titulada Rincones con Encanto. En el reportaje además de mostrar la belleza del lugar Consuelo Escribano y Miguel Herguedas pusieron de relieve la importancia de la cultura pastoril en Cogeces del Monte, la forma de vida de los pastores, la importancia histórica que tuvo en esta zona relacionada con la Antigua Villa y Tierra de Cuéllar así como la tipología y forma de construcción de estas infraestructuras pastoriles; finalizó Julio Andrés exponiendo su intervención en cuanto a la conservación y puesta en valor del territorio, sobre todo durante el momento en el que tuvo lugar la concentración agraria. En la siguiente portada podéis disfrutar de él.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La rogativa a la Virgen de la Armedilla

Virgen de la Armedilla antes de restaurarse.
Actualmente las mentalidades han cambiado, las necesidades que tenemos en muchos casos se satisfacen, desde el ámbito económico, con el dinero. Pero hasta la actualidad, hemos de entender una sociedad donde la sacralización ha tenido un lugar muy importante dentro de la vida de cada individuo y necesitaba de la protección de Dios que en muchos casos, y especialmente en los que su plan como Creador y su voluntad prevalecían sobre la toda una comunidad. Esta introducción nos permite entender por qué en todos los lugares de una forma u otra se ha hecho necesaria la protección y la preocupación en nuestro territorio por parte de los campesinos hacia aquello que estaba fuera de su control. Hemos de entender la preocupación por un nubarrón, el pedrisco, por una plaga o la sequía... en los que uno se siente indefenso y ve perder en muchos casos lo trabajado hasta el momento. Cantidad de veces se ha interpretado como un castigo ante la ira de Dios, pero lo peor de todo es el resultado y las consecuencias que puede traer: la miseria, el hambre, y cómo ante ello no se encontraban otras soluciones que los de súplica y ritos que en la sociedad cristianizada, y en los países católicos, eran llevados por la Iglesia a través de procesiones o rogativas para lograr la intercesión de los santos y de la Virgen ante la infinita misericordia de Dios. En el ámbito religioso es una forma más de reconciliación, pues conlleva el arrepentimiento y la necesidad de reestablecer el equilibrio entre lo terrenal y lo sobrenatural. 

Vara de la Virgen de la Armedilla
Pero además, y el hecho por el que se haga este artículo, es que este tipo de ritos y manifestaciones confieren una identidad, cohesión e integración en el grupo local en el que tiene lugar, y es que a través de unas devociones, imágenes de un determinado Cristo, Virgen, santo local... que simbolizan la identidad cultural que ha existido en los pueblos hasta el presente. Actualmente nos reunimos en torno a santuarios, el día de la fiesta de nuestro pueblo, cuando existe una tragedia todos compartimos un determinado sentimiento y necesitamos de esa unión o cuando queremos solicitar algo a alguien que simbólicamente o de forma responsable está sobre nosotros y ostenta un determinado tipo de poder. 


La manifestación principal de las rogativas han sido siempre las procesiones, pero también hay otras formas de súplica o comunicación, pues existe el toque de campana denominado "tente nublo"o los actos religiosos como triduos, novenas... Pero es muy interesante sobre todo cuando sale una imagen en tiempo de sequía o en tiempo de plaga, la historia de la tradición ha recogido miles de estas historias en las que una determinada talla ha salido de la iglesia y al poco tiempo el cielo se ha nublado, la plaga ha remitido o los enfermos de peste han sanado. Puede que resulte algo propio del ámbito de la superstición, de sociedades incultas o idólatras... pero como se ha indicado, la necesidad de evitar el hambre y la miseria llevaba en muchos casos a este tipo de actuaciones que de va más allá de algo simple o de una confianza ciega, es algo que no diferencia lo espiritual de lo social. Todos los santos populares, las Vírgenes de los pueblos o los protectores de cada lugar, las reliquias... documentan montones de gracias concedidas en los momentos de necesidad y por lo tanto esto llevó a muchas tradiciones. 

Virgen del Rosario
Pedro de Bolduque
En nuestro pueblo tenemos la reciente intercesión de San Roque, durante la gripe de 1918. Pero también se tienen noticias de algunas rogativas fallidas, hemos documentado en el caso de la Virgen del Rosario, la talla de Pedro Bolduque que está presidiendo el retablo de la epístola, que tras ponerla en novena y procesión y traer el pedrisco y malas cosechas, la talla fue retirada de su sitio habitual y llevada a la sacristía donde permaneció durante muchos años. No obstante, a la Virgen a la que más se ha encomendado Cogeces para que intercediera, sobre todo desde el siglo XIX es a la de La Armedilla, y de la que muchos hablan de su rápida actuación. La rogativa que tenía lugar en tiempos de sequía, recorría el pueblo y también era llevada por el antiguo Camino del Calvario recorriendo todo el cerral y subiendo por el camino del Batán. Como en otros muchos lugares se hacía para que la talla viera el estado de sequía en que se habían convertido los campos. Conservamos en la sacristía la vara que, suponemos, llevaría la persona que pagaba la rogativa, ya que no constatamos la existencia de una cofradía de la Virgen de la Armedilla, al menos por los libros conservados.

Otro tipo de rogativas que se hacían con más asiduidad, eran las que iban hasta las cruces que había a las afueras del pueblo donde se hacía la bendición de los campos, sobre todo durante la primavera. Todo este tipo de procesiones se hacían con cantos populares a la Virgen o al Santo, con rezos de letanías y numerosas oraciones. 
Virgen de la Armedilla

Cuando se vive en una sociedad que exteriormente se muestra muy desarrollada, con una mentalidad desde un racionalismo empirista y desgraciadamente con un poso materialista y con tendencia individualista, es muy difícil entender este tipo de manifestaciones públicas, si no es como un resto del pasado que se extinguirá en breve, y sobre todo porque en el ámbito de la fe, de ponerse en confianza de la Providencia es algo que ha dejado en un vacío. En muchos casos, cuando el hombre siente esas necesidades, en los momentos de desgracias o problemas, en los momentos de guerra, en los que no puede haber una fácil solución, en seguida se echa mano de este tipo de actividades para cubrir ese vacío que está dentro de la naturaleza humana. Puede que la estética haya cambiado, que ahora no sean Vírgenes Románicas revestidas con todo el cariño o Cristos llenos de carcoma y ennegracidos por las velas, o santos que portan las primeros frutos de la tierra y que en definitiva representaban el sentir del pueblo. Ahora esas manifestaciones se hacen con pancartas, con gritos, con uniformes similares... que de igual manera solicitan la solución o mejora ante lo que no es fácil de solucionar y se hacen en la calle de forma pública, con una aparente organización y jerarquía. 
En los últimos años se ha popularizado el canto de la rogativa a la Virgen de la Armedilla:

A la Virgen de la Armedilla 
Danos agua, madre amada
Danos agua Virgen bella
Danos agua pozo hermoso
Fuente de toda pureza.
La Virgen de la Armedilla
Es pequeña y milagrosa
Y en medio de la corona
Se para una mariposa.
Aquella mariposita
Que vino con la embajada
De conservar en novena
A la reina soberana.
Quien es aquella Señora
Que viene por la arca madre
La Virgen de la Armedilla
Para regarnos los panes.
La Virgen de la Armedilla
Es pequeñita y morena
Tengámosla todos fe
Que es la que el campo nos riega.
Oh Virgen de la Armedilla
Cuánto te hay que agradecer
Que en poniéndote en novena
Al cielo mandáis llover.
Los pajaritos no cantan
A eso del amanecer
Porque les falta el rocío:
Señora, lloved, lloved.
Quién es aquella Señora
Que viene por el Calvario
La Virgen de la Armedilla
Viene a regarnos los campos.
Oh Virgen de la Armedilla
Madre de Dios sin igual
Que algún día te alabemos
En la patria celestial.


Miguel Herguedas