La tradición y la costumbre hacen casi inseparable la comunión entre los toros y Montemayor de Pililla, ya lo dice la coplilla “en Montemayor novillos…”, esta unión tiene su lugar preferente de encuentro en la Plaza de Toros atalancada que, año tras año, se construye con motivo de la Función de la Exaltación de la Santa Cruz.
Esta plaza de madera, que ahora llaman empalizada, ya que se construye con palos, pies derechos, vigas, burladeros, tablas y charranchas, se ha venido realizando en los espacios públicos señeros, la Plaza de Mayor o la Plaza de la Iglesia, hasta que la urbanización y el hormigón la han colocado en las afueras, en la “playa” junto al campo de fútbol. El lugar es lo de menos, desde que las gentes de este pueblo tienen uso de razón, incluidos los años de la Guerra Civil, se ha conformado según manda la tradición.
La expectación crece desde mediados de agosto por ver como va construyéndose nuestra plaza. No hay vecino de esta villa que no tenga una anécdota, un cuento acaecido en ella. No hay vivencias más profundas que las que se acumulan entre sus maderos, comenzando por el sorteo del “tablao” o “entablao”, temprano el “día de la Víspera
”, hasta los sustos y risas por la ropa de “Domingo” rota o manchada con las vaquillas el “día de la Abuela”, pasando por el triduo festivo al completo. Miedo, valentía, amoríos, coraje, en fin, una serie de sentimientos que no se pueden encorsetar en unas cuartillas y que perpetúan el festejo popular en ese recinto querido.
”, hasta los sustos y risas por la ropa de “Domingo” rota o manchada con las vaquillas el “día de la Abuela”, pasando por el triduo festivo al completo. Miedo, valentía, amoríos, coraje, en fin, una serie de sentimientos que no se pueden encorsetar en unas cuartillas y que perpetúan el festejo popular en ese recinto querido.
Por ello estamos intentando preservarla desde la Asociación Cultural Taurina la Empalizada de los vientos cambiantes, de las modas o de los encargados de turno, para protegerla y proteger nuestra memoria colectiva, uno de los pocos hitos o ritos que conservamos frente a la “modernez” arrolladora.
Javier Sanz
Me parece fantastico que se intente conservar una construccion así. Enhorabuena
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